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"Caracol" Paviotti

Adiós a una voz que resumió los colores esenciales del tango - 1950-2015

La salud del cantor Roberto "Caracol" Paviotti caminó por una filosa cornisa durante más de una década hasta ayer. A pesar de los pronósticos médicos poco alentadores, decidió entrar a un quirófano por enésima vez, porque ésa sería la única manera de poder volver a los escenarios. Superó la prueba; sin embargo, horas después, su corazón dijo basta. Pero nadie le quita lo cantado.

Para hablar de este platense de pura cepa, no está mal volver sobre algunas palabras escritas en estas mismas páginas hace casi dos años, cuando publicó su último disco. Quien esto escribe no encuentra mejores términos que los de aquella nota, que así comenzaba: "La vida del cantor de tangos Roberto «Caracol» Paviotti transcurre en el mismo tono que algunas canciones de Enrique Santos Discépolo. Es un desencanto oscuro que encuentra justificativo en varios pesares que este intérprete viene sufriendo desde hace casi una década. «Perdido en la tormenta de mi noche interminable», como dice el tango de Discépolo".

"Si hoy me ofrecen otra vida, diría que no", decía "Caracol", en 2013, en medio de la recuperación del quinto síncope cardíaco sufrido en menos de diez años. "Afortunadamente ahora parece que en el hospital público habrían encontrado el motivo que los provoca y sería algo corregible", agregaba, para iluminar el camino como, justamente, lo manifestó aquel tango de Discépolo: "No quiero que tu rayo me enceguezca entre el horror, porque preciso luz para seguir".

Cuando "Caracol" cantaba, su garganta bien timbrada para el tango tenía esa densidad que se sumergía en su registro grave, pero no parecía quedarse en el desencanto. No. Recogía otros elementos tangueros, como la melancolía bien destilada en repertorios clásicos. Era el mismísimo cantor quien lo confirmaba: "Los nuevos [tangos] me dan más trabajo; los viejos, como nací en un arrabal, tienen más que ver conmigo. Sigo viviendo en el lugar donde nací, aunque ahora ya no es arrabal, sino zona residencial. Siento «Tinta roja», cuando dice «veredas que yo pisé». Me he puesto a llorar al cantarlo".

"Caracol" nació el 3 de marzo de 1950 y comenzó a recorrer escenarios a los seis años con la Orquesta Infantil Favero. Cantó tango, folklore y música melódica. En 1979, Chico Novarro lo invitó a su espectáculo Canciones con historia. Durante la década siguiente se perfiló definitivamente como solista de tango. Héctor "Chupita" Stamponi lo descubrió en 1986, y dijo: "Tiene lo que hay que tener: coraje para imponer el texto, además de afinación y buen color".

Pero a Paviotti le llevó una década más comenzar su historia discográfica solista, con el magnífico Compás de espera, de 1998. Se resistió bastante -tanto como a bajar el pie de esa cornisa- hasta que Raúl Carnota y el productor del sello Epsa, Gustavo Margulies, lo convencieron de entrar al estudio de grabación. Desde entonces llegó a registrar otros diez discos -varios de ellos con colaboradores como el pianista Tato Finocchi- entre los que figuran algunos temáticos, como el que le dedicó a la obra de Homero Manzi, o trabajos compartidos, como el muy buen álbum que realizó con el dúo Tango Chino.

Fuente  Mauro Apicella  | LA NACION